domingo, 27 de abril de 2008

¿Así dice el Señor?

Fue un 19 de abril de 1993 cuando un individuo autollamado “David Yavhé Koresh” vio los últimos momentos de su vida y de su culto en medio de balas e incendios.
Vernon Wayne Howele protagonizaba otra nueva masacre en medio de Biblias, profecías, armas y promesas de no morir sino resucitar al final de la batalla. Más de 69 adultos y 17 niños murieron esa tarde. Las profecías fueron falsas.

El 18 de noviembre de 1978 James Warren “Jim” Jones fue recordado como el hombre que llevó a más de 800 personas a un genocidio brutal. Convencidos de lo que él llamó “Socialismo Apostólico”, familias enteras y miembros varios de la iglesia llamada “People’s Temple” dejaron sus hogares para partir junto con este profeta a Guyana a la “tierra prometida”. Las profecías fueron falsas.

El famoso tele-evangelista Benny Hinn profetizó años atrás en nombre del Espíritu de Dios que el presidente de Cuba Fidel Castro moriría en la década de los 90´s. Estamos en el año 2008 y aunque ciertamente Fidel Castro ya no es el actual presidente de Cuba no obstante sigue vivo; algo enfermo pero vivo. Incluso afirmó en el Espíritu que el mismo señor Jesús aparecería en algunas de sus reuniones y que esto sería grabado en video. Evasiones fiscales, maldiciones hacia todos aquellos que “se atrevan” a hablar mal de este ministerio e incluso droga y muerte alrededor de este personaje. Las profecías fueron falsas.

Pero ¿Cómo? ¿Cómo prevenir un caso de culto sin violar las garantías de creencia de una persona? ¿Cómo decirle a una persona que quiere fielmente servir a Dios que su lider o grupo están yendo por un camino equivocado? ¿Es mejor que esas personas se den cuenta solos? Aunque la lectura de temas como estos no son cómodos para creyentes o no creyentes, son temas que deben ser recordados cuando la voz de la experiencia comienza a ser opacada por eventos llenos de engaño y situaciones similares.

Con la llegada del año 2000 un nuevo mover espiritual se levantó en México y el mundo: El movimiento profético-apostólico. Como parte de los últimos momentos del avivamiento de los 90´s, la iglesia mexicana comenzó a unirse a la primera parte del movimiento de renovación de los cinco ministerios a nivel internacional. No obstante, como siempre sucede, a la par de todo movimiento genuino siempre marcha una imitación y esta no podía ser la excepción. La genuina profecía fue poco a poco sustituida por adivinaciones y brujerías disfrazadas. Los auténticos profetas fueron opacados por el show más atractivo de los falsos profetas y apóstoles que ofrecen vidas sin problemas, sin sufrimientos y con mucho dinero a cambio de servir a estos ministerios. De pronto, un enorme número de profecías acerca de México y su bienestar se daban en varias partes. Era evidente para los que observan con atención que el avivamiento estaba llegando a su fin y sin embargo, estos ministerios anunciaban olas y olas de prosperidad y más avivamiento en los próximos días. Con el respaldo de ministerios en Estados Unidos que también lamentablemente estaban siendo afectados por esta falsa iglesia, de pronto la profecía y la autoridad suprema de los apóstoles parecían ser los únicos ejes sobre los cuales las congregaciones tenían que girar.

Muchos sencillos pastores de pronto fueron contaminados con ideas de grandeza y de la nada prácticamente comenzaron a auto-llamarse apóstoles. Otros por su parte, eran llamados apóstoles por sus líderes que también habían comenzado a llamarse apóstoles meses antes. En esta vorágine de “apostolitis aguda” lo curioso es que la vanidad y el orgullo dejaron ver sus fauces y aunque todos se llaman apóstoles pocos son los que logran estar unidos y de acuerdo como los auténticos apóstoles que la Biblia nos muestra. Estos nuevos apóstoles no solo comenzaron a competir entre sí sino que se atacaron unos a otros por diferencias doctrinales. El famoso evangelista (posteriormente autoproclamado Apóstol) Nahum Rosario es conocido por la vanidad de sus predicaciones en contra de otros ministerios apostólicos. Los únicos apóstoles reconocidos por un ministerio eran aquellos debajo de su cobertura. De ahí en fuera, son considerados charlatanes. Esto desde luego provoca el elitismo y sectarismo a pesar de que en sus profecías estos líderes afirman sin pudor que “así lo dice el Señor”.

El Internet se ha vuelto un espacio fructífero donde todo mundo puede hoy promocionar su credo y culto sin la supervisión de autoridades legales o espirituales. Dado que es más cómodo prender la PC y leer los contenidos en línea, ya pocos son los que leen su Biblia de modo dedicado. Sin oración y lectura bíblica todo aquel que se diga cristiano está condenado al fracaso espiritual y mucho más vulnerable a engaños de falsa doctrina sobre todo en estos tiempos donde enormes cantidades de falsos apóstoles y profetas llenan no solo las congregaciones sino además los sitios de Internet sin que nadie parezca darse del peligro de obedecer a hombres que vestidos con buenos trajes y hablando con un aire de autoridad afirman traer la voz de Dios a la tierra.

Vituperante para el auténtico evangelio de la Biblia es el hecho de que estos ministerios lejos de traer bendición a la iglesia y a la sociedad han traído vergüenza y descrédito entre la gente no creyente. Escándalos sexuales, homosexuales, de drogas y fanatismo son los frutos de estos apóstoles y profetas que cautivan en instantes las mentes de sus congregantes que son atraídos por conceptos de autoridad, revelación y prosperidad.

Estos tres conceptos son clave en el nacimiento de un movimiento fanático como sucedió precisamente en el caso de David Koresh, Jim Jones y Beny Hinn entre otros.

PROSPERIDAD.

Esta palabra parece ser la preparación de una psique que logre infundir confianza entre los congregantes. Iglesias como “Pare de Sufrir” son bien ubicadas por prometer a sus fieles acabar con el sufrimiento, la pobreza, las envidias, el desempleo y demás a cambio de entrar a sus filas. En un mundo lleno de conflictos y crisis económicas nadie, incluso los cristianos parecen estar dispuestos a vivir en la pobreza. La loca carrera de la vida actual parece ser una lucha a muerte donde el más fuerte sobreviva. La cultura del miedo que Estados Unidos ha logrado transmitir a sus ciudadanos y a otros países sigue dando dividendos económicos con la venta de armas y artículos que aseguren comodidad y “seguridad”. ¿Qué mejor forma de estar seguros sino contando con el favor divino? Más confiable que una pistola o una bomba atómica es el poder divino en las manos de los creyentes. La expresión que logra asegurar cierto control sobre tanto caos es prosperidad. No obstante, la mayoría de la gente no sabe o no se les enseña que prosperidad no es sinónimo de riqueza. Así que dado que prometer riqueza desde el púlpito puede ser algo ostentoso, entonces prosperidad es una palabra más discreta que no niegue la posibilidad de riqueza sin tampoco asegurarla y al mismo tiempo permita sentir confianza en un poder que supera lo terrenal. Prosperidad ha sido hoy enseñada desde muchos púlpitos como la ausencia de problemas y dolores. En el nombre de Dios se enseña ahora que los hijos de Dios todo lo pueden y eso incluye el poder de no sufrir o padecer lo que otros padecen. La prosperidad enseñada hoy implica que Dios es un genio de lámpara que concede todo a sus hijos con solo declararlo y creerlo. El único requisito es asistir incondicionalmente a todos los servicios y actividades de la congregación, aceptar sin chistar lo dicho por el apóstol y sus siervos de elite, diezmar sin falta y cantar con fe por 45 minutos los domingos. Así de fácil llega la prosperidad según los nuevos apóstoles y profetas de la falsa iglesia.

REVELACIÓN.

Asombrados por la impecable presentación de sus líderes en trajes de Armani y Astras del año, los congregantes de estas nuevas iglesias prosperas son luego espectadores de un mar de predicaciones que buscan encontrar símbolos y mensajes ocultos en cada versículo de la Biblia. Aunque afuera de las congregaciones haya gente sin comer y sin esperanza, estos líderes prefieren mantener a sus fieles dentro de 4 paredes aprendiendo “nuevas verdades reveladas” acerca de los nombres ocultos de Dios en Apocalipsis.
Kilos aplastantes de teoría son la agenda de muchas congregaciones apostólicas en una forma al parecer justificante de la genuinidad de sus líderes. Profecías y más profecías que prometen bienestar y más bienestar son el bálsamo que justifica el dolor y las groserías de estos líderes a sus congregantes.
¿Cómo es que todo lo que estos líderes dicen acerca de la Biblia es aceptado?
Sencillo: Los congregantes NO leen ni estudian la Biblia de manera concienzuda por si mismos.
De este modo sucede lo mismo que los ciudadanos y los políticos. Los segundos crean, aprueban y modifican leyes a su antojo por la falta de conocimiento de los primeros. Como los ciudadanos más o menos tienen una idea lejana de la Constitución, los políticos pueden decir y añadir cuanta frase rebuscada sea conveniente para confundir, enmascarar y manipular sea necesaria.
Muchos cristianos logran detectar esto en la política pero no logran hacer lo mismo en su vida espiritual. Parece que es pecado someter a juicio sano a sus líderes. Parece que un pastor es menos propenso a equivocarse que un diputado. No obstante, ambos son humanos. Hombres de carne y hueso que tentados por poder pueden mentir y torcer las verdades más absolutas de los libros sagrados y legales que existen.
Es triste ver a congregantes que repiten la predicación del domingo con tanta convicción pero cuando se les pregunta en qué parte de la Biblia dice se limitan a decir “pues ahí en…no me acuerdo pero el pastor dijo que eso es” o “el apóstol siempre nos enseña eso”
Esa es la razón de que las profecías sean aceptadas sin chistar. Los cristianos actuales saben mucho el concepto de profecía pero poco de la forma de juzgar una auténtica profecía. Porque la Biblia enseña que TODA PROFECIA DEBE SER JUZGADA. Eso implica juzgar a la profecía misma y a la persona que da la profecía. Muchos líderes solo adulan los oídos de sus fieles, les dicen las cosas que esperan o les gustaría que fueran pero no por ello es la voz de Dios. Insultante es luego la justificación que apóstoles y profetas presuntuosos dan cuando sus adivinaciones no se cumplen: “No tuviste fe suficiente por ello no sucedió lo que Dios te dijo a través de mi” o peor aún “No diezmas y por ello Dios te maldice y sus profecías no pueden ser cumplidas” como si hubiera una cuota de recuperación por cada profecía anunciada.

AUTORIDAD

Aunque nadie niega la importancia de un orden jerárquico en la vida incluida la vida espiritual, es un hecho el abuso y la astucia con que falsos apóstoles y profetas rinden a sus congregantes en nombre de Dios bajo el escudo de la autoridad delegada.
De modo discreto los líderes abusivos siempre dejan bien claro que ellos y solo ellos son la máxima autoridad en la casa. No importa que haya co-pastores o sub-ayudantes. Ellos son la última palabra. A veces la presencia de otros pastores asistentes es una forma disimulada de decir a la gente “¿Ves? No puedo ser yo la máxima autoridad porque hay otros pastores aquí” pero en la práctica siempre sucede lo mismo: La decisión final es la que una persona aprobó.

Asemejándose con Moisés, Josué, Pablo y el mismo Señor Jesús, los líderes abusivos respaldan su suprema autoridad creando similitudes entre ellos y los personajes bíblicos del mismo modo que ellos y la congregación. Una vez afirmado este concepto, el paso siguiente es asegurar la total fidelización hacia ellos. ¿Cómo? Adoptando la forma de inmaculados. Curioso es que las iglesias cristianas suelen criticar a la iglesia católica y a su imperio de papas por el don de infalibilidad que reclaman pero misteriosamente terminan haciendo lo mismo: “La voz del Apóstol es la voz misma de Dios. No aceptar este hecho de fe es herejía”
Los congregantes que juzgan o dudan de las palabras del líder son atacados de modo discreto o directo desde el púlpito por el máximo líder o la elite que lo protege. De este modo sucede lo mismo que las mafias donde todo aquel que no está con el líder está entonces contra él. El temor es una herramienta para mantener el control.
Muchos de estos líderes cristianos antes fueron drogadictos, delincuentes, mafiosos o asesinos. Algunos usan su testimonio no como una forma genuina de mostrarse arrepentidos sino como una forma de confirmar que son capaces de hacer daño: “¡Oh!, yo amo a Cristo pero aún sé como pecar hermanos. Amén”

Cuando el líder asegura el temor de su figura ante una congregación que ya no discute su autoridad los siguientes pasos hacia el fanatismo pueden llegar más pronto. El uso de armas, lenguaje y vestimenta bélica, justificación de guardaespaldas, autos blindados, expulsión de congregantes “rebeldes”, groserías y maltrato psicológico a la congregación, a los niños, abusos sexuales, adulterios, homosexualidad, y demás llegan lenta y cruelmente en el nombre de Dios.
Porque una vez que un líder asegura que la gente en verdad cree que él no puede equivocarse o fallar entonces puede acceder libremente a su esperanza desviándola de Cristo hacia él y en consecuencia el dinero (en forma de diezmos obligatorios so pena de maldición), la obediencia y la mente están a su total acceso. No solo el fenómeno espiritual sino el psicológico (como el síndrome de Estocolmo) hacen aparición en la vida del creyente que se siente culpable de pensar siquiera que su líder no sea quien reclama.

Cuando para usted sea igual de importante lo que dice su líder que lo que el mismo Señor Jesús dice en la Biblia, cuando tenga miedo de desobedecer a su líder de la misma manera que tiene temor de fallar a Dios y cuando sepa tanto de la obra de Dios pero se haya olvidado del Dios de la obra es tiempo de hacer una pausa y meditar si Dios está realmente diciendo lo que usted escucha.

¿Sabe porque muchos pastores enseñan todos los errores teológicos de la iglesia Católica, Testigos de Jehová, Mormones, Espiritistas y los horrores del Heavy Metal en detalle a sus congregantes pero nunca hablan de los terribles casos de fanatismo en la misma iglesia cristiana? Algunos aluden a que lo hacen para no dañar la fe de sus congregantes. Resulta más trágico enterarse luego por terceros que por los propios pienso yo.
¿Sabe porque muchos pastores invierten semanas enteras en cursos de liderazgo pero poco en planes de evangelismo y asistencia social a personas de clases necesitadas?
¿No cree que su congregación pasa demasiado tiempo en seminarios, congresos, conciertos y eventos donde se habla de todo menos de la verdadera vida cristiana?
¿Se ha olvidado en las iglesias cristianas actuales hablar del perdón, del sufrimiento, de la humildad y la sencillez del evangelio?
¿Se ha olvidado predicar del pecado y hoy se justifica todo en el nombre del amor?
¿Así? ¿Así dice el Señor?

Más información:

http://www.sectas.org/
http://www.icsahome.com/
http://www.asociacionesreligiosas.gob.mx/
http://www.losmensajeros.com/tienda/product_info.php/products_id/1033

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sopas.. ahora si les diste con todo.. jeje

Creo ke salio también lo del diezmo ehh??