"Cuando llegó a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: --¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Le respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas. Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente --afirmó Simón Pedro. Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás --le dijo Jesús--, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo."
Todos hemos oído o incluso conocemos mucho, algo o poco de la vida y persona de Jesús de Nazaret. Sea en una misa dominical, en una película en semana santa, en un debate filosófico o en una charla entre amigos. Tal vez usted amable lector pertenece incluso a un grupo cristiano. Tal vez es incluso líder, pastor o miembro activo de un grupo o asociación.
Tal vez sea lo contrario: Quizás no fue instruido espiritualmente o si lo fue, usted fue formulando su propio punto de vista acorde lo que vio en otras personas o situaciones.
En cualquier caso, 70% de la población mundial alfabetizada ha oído alguna vez la historia de Jesús.
Libros se escriben para reconocer sus milagros y otros muchos más para tratar de "demostrar" que no era quien todos piensan. En mi amado México en los 90's se vivió uno de los más grandes avivamientos de la Iglesia Cristiana. El aumento de asociaciones religiosas en nuestro país según datos del INEGI incrementó en un 80% en los últimos 10 años. Parece que mucha gente está interesada en Jesús el Salvador.
La iglesia tradicional sigue afirmando ser la única forma autorizada de conocerle y llama "protestantes" a todos aquellos que no crean lo que ella dice.
Del lado de la Iglesia Evangélica hoy más que nunca hay apertura tal en los medios.
A diferencia de hace 10 años atrás, en promedio hay de 2 a 3 congregaciones cristianas en una colonia mexicana.
La nueva era sigue mencionando y citando a Jesús en sus libros y conferencias.
Los espiritistas siguen invocando muertos y haciendo limpias en el nombre de Jesús.
Revistas como "Conozca más", "Muy Interesante" y otras siguen publicando artículos que "demuestren" que la Biblia tiene errores, que Jesús no era el Mesías, etc.
Hay tantos libros, artículos, conferencias, sitios Web, congregaciones y demás de dónde escoger.
Respetuosamente digo que si esa escena del pasaje bíblico hubiera sucedido en nuestros tiempos sería algo como:
"Cuando llegó a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
Todos hemos oído o incluso conocemos mucho, algo o poco de la vida y persona de Jesús de Nazaret. Sea en una misa dominical, en una película en semana santa, en un debate filosófico o en una charla entre amigos. Tal vez usted amable lector pertenece incluso a un grupo cristiano. Tal vez es incluso líder, pastor o miembro activo de un grupo o asociación.
Tal vez sea lo contrario: Quizás no fue instruido espiritualmente o si lo fue, usted fue formulando su propio punto de vista acorde lo que vio en otras personas o situaciones.
En cualquier caso, 70% de la población mundial alfabetizada ha oído alguna vez la historia de Jesús.
Libros se escriben para reconocer sus milagros y otros muchos más para tratar de "demostrar" que no era quien todos piensan. En mi amado México en los 90's se vivió uno de los más grandes avivamientos de la Iglesia Cristiana. El aumento de asociaciones religiosas en nuestro país según datos del INEGI incrementó en un 80% en los últimos 10 años. Parece que mucha gente está interesada en Jesús el Salvador.
La iglesia tradicional sigue afirmando ser la única forma autorizada de conocerle y llama "protestantes" a todos aquellos que no crean lo que ella dice.
Del lado de la Iglesia Evangélica hoy más que nunca hay apertura tal en los medios.
A diferencia de hace 10 años atrás, en promedio hay de 2 a 3 congregaciones cristianas en una colonia mexicana.
La nueva era sigue mencionando y citando a Jesús en sus libros y conferencias.
Los espiritistas siguen invocando muertos y haciendo limpias en el nombre de Jesús.
Revistas como "Conozca más", "Muy Interesante" y otras siguen publicando artículos que "demuestren" que la Biblia tiene errores, que Jesús no era el Mesías, etc.
Hay tantos libros, artículos, conferencias, sitios Web, congregaciones y demás de dónde escoger.
Respetuosamente digo que si esa escena del pasaje bíblico hubiera sucedido en nuestros tiempos sería algo como:
"Cuando llegó a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
--¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Le respondieron:
En Youtube hay un video que muestra que moriste en Cachemira.
En Discovery Channel presentaron el documental titulado "¿Era Jesús realmente Dios?"
En el WTC se llevó a cabo la conferencia "Dios y los Ovnis".
Oración Fuerte al Espíritu Santo sigue con su programa los sábados con estudios de nombre "Conociendo a Jesús" y Marcos Witt concluyó su Congreso Apostólico de Alabanza en Miami con el tema "Ven a Jesús"
Luego de escucharles la respuesta hubiera sido la misma pregunta:
Le respondieron:
En Youtube hay un video que muestra que moriste en Cachemira.
En Discovery Channel presentaron el documental titulado "¿Era Jesús realmente Dios?"
En el WTC se llevó a cabo la conferencia "Dios y los Ovnis".
Oración Fuerte al Espíritu Santo sigue con su programa los sábados con estudios de nombre "Conociendo a Jesús" y Marcos Witt concluyó su Congreso Apostólico de Alabanza en Miami con el tema "Ven a Jesús"
Luego de escucharles la respuesta hubiera sido la misma pregunta:
Y Ustedes ¿Quién dicen que soy yo?
Esta pregunta me gusta porque, como todas las preguntas de Jesús, es muy inteligente.
Primero pregunta (algo que ya sabía) acerca de la gente. Los demás, aquellos que sin estar cerca de él hablaban de él, las mayorías pues.
Sus discípulos le dan no una sino varias opiniones de lo que la gente decía. Algunas más serias que otras pero al fin varias opiniones.
Pienso que el Señor mira ahora directamente a sus discípulos y les pregunta de un modo personal: “Y ustedes…”
Creo que hubo cierto silencio pues solo uno (Pedro) expone su sentir.
¿Qué pudo originar ese silencio? Creo que Jesús sabía lo que preguntaba.
Hoy día la pregunta sigue siendo la misma: “Y tú ¿Quién dices que soy yo?”
No lo que te han dicho o enseñado, no lo que tus pastores o sacerdotes te dicen cada domingo, no lo que una revista publica, no lo que un grupo de rock canta en su disco, no lo que la gente dice. Jesús va a ti y a mí con una pregunta franca.
“¿Quién dices que soy yo?” y es que para decir algo de alguien o algo son necesarias dos cosas:
Conocer y experimentar.
La gente dice mucho de lo que ve, lo que parece y de lo que ha oído de otros pero pocas veces dice por lo que ha vivido y conocido.
Es fácil hablar de la vida de los artistas en un programa de chismes protegidos por una credencial de periodista y el “derecho” a la información pero pocas veces la gente conoce qué hay detrás de ese chisme.
¿Cuántas veces hemos juzgado y hablado de una persona, de un grupo, de una cultura e incluso de una comida sin antes haberle conocido realmente?
Por ello Jesús sabía que la gente decía muchas cosas de él.
Pero Jesús hace la pregunta a los discípulos para saber si ellos creían lo que la gente decía y si lo creían por convicción o mera persuasión.
Nadie puede amar lo que no conoce. El conocimiento produce acercamiento, empatía, afecto, amor.
Hoy veo con enorme tristeza que la gente corre de un lado a otro buscando conocer lo que otros dicen de Jesús.
El hambre espiritual es mucha aún de tanto hedonismo y materialismo actual.
En un deseo sincero por conocer de Jesús la gente estamos olvidando conocer a Jesús.
No es lo mismo saber que conocer. Bien escuché una ocasión decir a un predicador que “estamos tan ocupados de la obra del Señor que nos hemos olvidado del Señor de la obra”.
Como mencioné en otro artículo de este blog, la gente está llenando iglesias donde el 666 se anuncia como la señal de los cristianos. Gente está saturando congregaciones donde se dice que milagros están ocurriendo. Gente está llenando congresos, seminarios, conferencias y cursos donde se dice cómo ser un mejor cristiano, cómo alcanzar el avivamiento, cómo vivir una vida poderosa.
Jóvenes están siendo arrastrados a reuniones homosexuales y lésbicas donde se les dice que Jesús los aceptará en su Reino a pesar de ello.
Algunos grupos están dispuestos a morir porque sus líderes les dicen que el fin del mundo está próximo a cumplirse o que ellos mismos son la representación de Dios en la tierra.
Como nunca antes todo mundo se dice cristiano. Ministerios de renombre siguen cayendo y siendo expuestos por el Espíritu de Dios porque algo sucede en estos tiempos: NO ES SUFICIENTE SER CRISTIANO.
Cristiano es el adjetivo que se usó por primera vez en la región griega de Antioquía para denominar a los seguidores de Jesucristo.
No obstante, la oración de Jesús en Marcos 16 no fue la de “hacer cristianos”; fue la de hacer “discípulos” en todo caso.
El evangelio de Juan en el capítulo 14 nos muestra la voluntad de Dios acerca de la venida de Cristo que puede ser resumida en “Padre-Hijo”.
Dios está interesado en tu vida como persona, como hijo antes que en tu vida religiosa, en tu vida cristiana de llamarse así.
Tal vez los pastores están interesados y cada domingo remachen el tema del diezmo (y que eres un maldito si no lo haces) aunque tú tengas otras necesidades más internas.
Tal vez sientes culpabilidad si no pides permiso de todo lo que hagas, digas o decidas a tu Apóstol primero.
Tal vez has asistido a todos los congresos, seminarios y conferencias que tu iglesia organiza viendo y haciendo de todo menos crecer en tu relación con Cristo.
Tal vez en tu congregación todos están físicamente el domingo pero ya no están moralmente como antes.
Tal vez tu vida cristiana se ha resumido ahora en servicios, enseñanzas y cuanta más actividad implique estar metido en un templo.
Tal vez el evangelismo se ha reducido solo a fechas específicas en que hay campañas o “conciertos”.
Tal vez nunca has leído la Biblia por tu cuenta y solo la llevas a la iglesia como se lleva la corbata al trabajo (como accesorio) y dices amén a todo lo que escuchas.
Tal vez has visto caer a muchos líderes.
Tal vez sigues condenando a los que usan mezclilla y falda y no usan velo en el templo.
Tal vez sigues burlándote de quienes creen en la santidad aunque no creen en profetas.
Tal vez te han lastimado a pesar de tantos años de servicio y ministerio.
Tal vez, solo tal vez la iglesia hoy dice muchas cosas de quien es Jesús sin conocer realmente ya quien es él.
Detente un momento y escucha la misma pregunta que años atrás:
“Y ustedes ¿Quién dicen que soy yo?”
Tristemente ser cristiano se ha convertido en la máxima de mucha gente y cristiano hoy significa pertenecer a una iglesia.
Una iglesia, una religión, una congregación NO te hacen salvo. Solo Jesús. Lo dicen los evangélicos a los católicos que evangelizan y luego paradójicamente caen en la misma práctica de sumisión y dependencia de la iglesia para sobrevivir espiritualmente.
No es comprando rosas bendecidas de Jerusalén, distribuyendo más revistas de “Despertad” o rindiendo sumisión total a tus profetas y apóstoles como la salvación de tu alma sucederá.
Cuando Jesús tome cuentas de cada uno de nosotros dice claramente que pondrá a su izquierda a unos y a su derecha a otros.
A los de la izquierda dirá: “Apártense de mi hacedores de maldad. Nunca los CONOCI”.
La única forma que tienes de decir POR TI MISMO quien es Jesús es CONOCIÉNDOLO.
¿Conoces a Jesús o solo has oído de él?
¿Conoces a Jesús o solo sabes de él?
Esta pregunta me gusta porque, como todas las preguntas de Jesús, es muy inteligente.
Primero pregunta (algo que ya sabía) acerca de la gente. Los demás, aquellos que sin estar cerca de él hablaban de él, las mayorías pues.
Sus discípulos le dan no una sino varias opiniones de lo que la gente decía. Algunas más serias que otras pero al fin varias opiniones.
Pienso que el Señor mira ahora directamente a sus discípulos y les pregunta de un modo personal: “Y ustedes…”
Creo que hubo cierto silencio pues solo uno (Pedro) expone su sentir.
¿Qué pudo originar ese silencio? Creo que Jesús sabía lo que preguntaba.
Hoy día la pregunta sigue siendo la misma: “Y tú ¿Quién dices que soy yo?”
No lo que te han dicho o enseñado, no lo que tus pastores o sacerdotes te dicen cada domingo, no lo que una revista publica, no lo que un grupo de rock canta en su disco, no lo que la gente dice. Jesús va a ti y a mí con una pregunta franca.
“¿Quién dices que soy yo?” y es que para decir algo de alguien o algo son necesarias dos cosas:
Conocer y experimentar.
La gente dice mucho de lo que ve, lo que parece y de lo que ha oído de otros pero pocas veces dice por lo que ha vivido y conocido.
Es fácil hablar de la vida de los artistas en un programa de chismes protegidos por una credencial de periodista y el “derecho” a la información pero pocas veces la gente conoce qué hay detrás de ese chisme.
¿Cuántas veces hemos juzgado y hablado de una persona, de un grupo, de una cultura e incluso de una comida sin antes haberle conocido realmente?
Por ello Jesús sabía que la gente decía muchas cosas de él.
Pero Jesús hace la pregunta a los discípulos para saber si ellos creían lo que la gente decía y si lo creían por convicción o mera persuasión.
Nadie puede amar lo que no conoce. El conocimiento produce acercamiento, empatía, afecto, amor.
Hoy veo con enorme tristeza que la gente corre de un lado a otro buscando conocer lo que otros dicen de Jesús.
El hambre espiritual es mucha aún de tanto hedonismo y materialismo actual.
En un deseo sincero por conocer de Jesús la gente estamos olvidando conocer a Jesús.
No es lo mismo saber que conocer. Bien escuché una ocasión decir a un predicador que “estamos tan ocupados de la obra del Señor que nos hemos olvidado del Señor de la obra”.
Como mencioné en otro artículo de este blog, la gente está llenando iglesias donde el 666 se anuncia como la señal de los cristianos. Gente está saturando congregaciones donde se dice que milagros están ocurriendo. Gente está llenando congresos, seminarios, conferencias y cursos donde se dice cómo ser un mejor cristiano, cómo alcanzar el avivamiento, cómo vivir una vida poderosa.
Jóvenes están siendo arrastrados a reuniones homosexuales y lésbicas donde se les dice que Jesús los aceptará en su Reino a pesar de ello.
Algunos grupos están dispuestos a morir porque sus líderes les dicen que el fin del mundo está próximo a cumplirse o que ellos mismos son la representación de Dios en la tierra.
Como nunca antes todo mundo se dice cristiano. Ministerios de renombre siguen cayendo y siendo expuestos por el Espíritu de Dios porque algo sucede en estos tiempos: NO ES SUFICIENTE SER CRISTIANO.
Cristiano es el adjetivo que se usó por primera vez en la región griega de Antioquía para denominar a los seguidores de Jesucristo.
No obstante, la oración de Jesús en Marcos 16 no fue la de “hacer cristianos”; fue la de hacer “discípulos” en todo caso.
El evangelio de Juan en el capítulo 14 nos muestra la voluntad de Dios acerca de la venida de Cristo que puede ser resumida en “Padre-Hijo”.
Dios está interesado en tu vida como persona, como hijo antes que en tu vida religiosa, en tu vida cristiana de llamarse así.
Tal vez los pastores están interesados y cada domingo remachen el tema del diezmo (y que eres un maldito si no lo haces) aunque tú tengas otras necesidades más internas.
Tal vez sientes culpabilidad si no pides permiso de todo lo que hagas, digas o decidas a tu Apóstol primero.
Tal vez has asistido a todos los congresos, seminarios y conferencias que tu iglesia organiza viendo y haciendo de todo menos crecer en tu relación con Cristo.
Tal vez en tu congregación todos están físicamente el domingo pero ya no están moralmente como antes.
Tal vez tu vida cristiana se ha resumido ahora en servicios, enseñanzas y cuanta más actividad implique estar metido en un templo.
Tal vez el evangelismo se ha reducido solo a fechas específicas en que hay campañas o “conciertos”.
Tal vez nunca has leído la Biblia por tu cuenta y solo la llevas a la iglesia como se lleva la corbata al trabajo (como accesorio) y dices amén a todo lo que escuchas.
Tal vez has visto caer a muchos líderes.
Tal vez sigues condenando a los que usan mezclilla y falda y no usan velo en el templo.
Tal vez sigues burlándote de quienes creen en la santidad aunque no creen en profetas.
Tal vez te han lastimado a pesar de tantos años de servicio y ministerio.
Tal vez, solo tal vez la iglesia hoy dice muchas cosas de quien es Jesús sin conocer realmente ya quien es él.
Detente un momento y escucha la misma pregunta que años atrás:
“Y ustedes ¿Quién dicen que soy yo?”
Tristemente ser cristiano se ha convertido en la máxima de mucha gente y cristiano hoy significa pertenecer a una iglesia.
Una iglesia, una religión, una congregación NO te hacen salvo. Solo Jesús. Lo dicen los evangélicos a los católicos que evangelizan y luego paradójicamente caen en la misma práctica de sumisión y dependencia de la iglesia para sobrevivir espiritualmente.
No es comprando rosas bendecidas de Jerusalén, distribuyendo más revistas de “Despertad” o rindiendo sumisión total a tus profetas y apóstoles como la salvación de tu alma sucederá.
Cuando Jesús tome cuentas de cada uno de nosotros dice claramente que pondrá a su izquierda a unos y a su derecha a otros.
A los de la izquierda dirá: “Apártense de mi hacedores de maldad. Nunca los CONOCI”.
La única forma que tienes de decir POR TI MISMO quien es Jesús es CONOCIÉNDOLO.
¿Conoces a Jesús o solo has oído de él?
¿Conoces a Jesús o solo sabes de él?
¿Todo lo que sabes de Jesús te lo ha revelado la gente o el mismo Padre Celestial?
Lee tu Biblia en casa, en el camión, en tus ratos libres. No esperes hasta que llegue el día de iglesia para leerla.
Ora en casa, al caminar, al acostarte. No esperes al congreso para orar como nunca.
Comparte el amor de Dios con tu ejemplo, no solo con un chick o un folleto sellado con la dirección de tu empresa.
Visita a tus “hermanos” y ve cómo están como personas. No solo les llames cuando no van el domingo.
Antes que cristianos, esos que llamas “hermanos” nacieron, son y serán ANTES personas.
Háblales de lo que Cristo dice. No de lo que dicen en la Iglesia.
Es verdad, la vida cristiana es eso: Crecer CON Jesús.
No te dejes engañar de esta nueva religión que da lugar a apostasía y tibieza disfrazada de cristiandad.
Solo así sabrás qué quiero decir cuando digo que no es suficiente ser cristiano.
Dios te bendiga. Paz a ti.
Lee tu Biblia en casa, en el camión, en tus ratos libres. No esperes hasta que llegue el día de iglesia para leerla.
Ora en casa, al caminar, al acostarte. No esperes al congreso para orar como nunca.
Comparte el amor de Dios con tu ejemplo, no solo con un chick o un folleto sellado con la dirección de tu empresa.
Visita a tus “hermanos” y ve cómo están como personas. No solo les llames cuando no van el domingo.
Antes que cristianos, esos que llamas “hermanos” nacieron, son y serán ANTES personas.
Háblales de lo que Cristo dice. No de lo que dicen en la Iglesia.
Es verdad, la vida cristiana es eso: Crecer CON Jesús.
No te dejes engañar de esta nueva religión que da lugar a apostasía y tibieza disfrazada de cristiandad.
Solo así sabrás qué quiero decir cuando digo que no es suficiente ser cristiano.
Dios te bendiga. Paz a ti.
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